
Sorprende el título, Soy una caja; sorprende también la portada, y hasta el aviso de lectura: "¡Ábrete Sésamo! La magia de la literatura". No es una falsa promesa de la editorial Caballo de Troya, porque Sésamo (el buen lector es un ladrón de Bagdad, pues atesora palabras) se abre enseguida en estas bellas páginas escritas con una frescura poética muy estimulante. Si vais buscando aventura interior, ahí la tenéis, y en plena forma. Nadila, la protagonista, alter ego sin duda de la autora, es una joven escritora en ciernes que deambula por Barcelona, en trabajos temporales. Se busca a sí misma, busca su voz, su escritura. La lectura de las obras de Clarice Lispector, una escritora brasileña, es su hilo de Ariadna en este camino iniciático hacia la literatura. Su biografía, el comentario de sus obras se mezclan en las imágenes del espejo que Nadila construye para verse reflejada en la escritora que admira. Y esta composición casi simbiótica es uno de los logros de esta novela donde resuena el hondo eco de la poesía, un retrato superpuesto de esta artista adolescente. Novela, pues, de aprendizaje, de iniciación que frente al estrépito de tanto libro olvidable, nos regala la verdadera aventura: la de encontrarnos a nosotros mismos. Abstenerse los adictos a la acción y a los efectos especiales: aquí hay poesía.
Natalia Carrero nació en 1970. Sobre Clarice Lispector (el regalo que guarda dentro la novela es acercarnos a otra escritora inclasificable) hay colgados videos en YouTube de una entrevista suya en 1977, claro que en portugués.
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