Los hermanos Abellán leen muy bien y con muy buen gusto literario


Lecturas con humor, con encanto, estupendamente escritas, de dos grandes novelistas españoles. Dos formas de entender nuestro presente. Dos extraordinarias historias para reflexionar sobre el tiempo que nos ha tocado vivir, además de conocer dos ciudades maravillosas: Nueva York y Barcelona. Una invitación al viaje de la mano de adorables hermanos Abellán. Apuntadlas en vuestra agenda.

El libro que he voy a recomendar es Caperucita en Manhattan, de la escritora Carmen Martín Gaite. Y al terminarlo he llegado a la conclusión siguiente sobre su mensaje: la autora quiere concienciarnos de que el mundo ha cambiado. Y es verdad, el mundo se transformado: el simple bosque de Caperucita y el lobo está situado ahora en otro bosque, el urbano, es la vida actual en Maniatan. Al contarnos anécdotas que le ocurren a la niña protagonista, esta nueva Caperucita, quiere comunicarnos que la vida es difícil, que no es bueno ir solo por la calle (si eres niño), etc. Pero Sara se defiende bien; es una niña superdotada que aprende a leer sola y quiere vivir aventuras, cansada de la monotonía de su vida.
Veamos un poco más de cerca el argumento: Sara suele atravesar Nueva York desde Brooklyn hasta Manhattan acompañada de su madre para llevar una tarta de fresa a su abuela. E parecido con Caperucita Roja es obvio. Pero un día que hace el recorrido sola, y Sara vive la aventura. Se cruza con el dueño de una pastelería, Mr. Wollf (Wolf=Lobo en inglés) y pasan cosas muy interesantes con personajes ficticios como Miss Lunatic que recomiendo leer por supuesto. Pero si os las cuento no tiene gracia, así que adentraos en la aventura…
El libro engancha desde el primer momento, ya que describe las ciudades y te sitúas perfectamente en el lugar (Nueva York, Brooklyn, Manhattan, Central Park, la Estatua de la Libertad...), y de verdad que es muy entretenido y, a pesar de tener más de 200 páginas, se lee bastante rápido.
Pedro


En mi opinión, el libro, la novela de Eduardo Mendoza Sin noticias de Gurb, es un poco absurdo, pero aparte de eso es uno
de las novelas que más me ha gustado. Se trata de un relato más bien paródico, realmente , y la verdad es que no sabría en qué género clasificarlo. Está narrado en primera persona y
el protagonista es un alienígena.
Sí, un alienígena perdido en Barcelona… Para empezar te preguntarás ¿Qué hace un tipo así en Barcelona? Pues nada más sencillo: simplemente busca a su amigo Gurb que es otro alienígena de su especie y que, justo en el momento en que ambos aterrizan en la tierra para investigarla, se pierde. Hay comicidad ya en el planteamiento.
Todo el relato es la narración de la aventura de este alienígena cuyo nombre no puedo decir ya que no aparece en todo el libro, pero ya he dicho que su misión consiste en
buscar a su amigo Gurb por todos los rincones de Barcelona. Con lo que terminamos
por imaginar muy bien la ciudad, que tanto le gusta al autor de la novela, Eduardo Mendoza. Por eso he dicho que el libro es un poco absurdo, pero tiene un punto de gracia y peculiaridad que te enganchan desde el primer momento, a medida que avanza
el libro el ente va descubriendo las cosas que ocurren la tierra y los seres humanos, que así aprendemos a contemplar con otra mirada. El alienígena p
asa desapercibido
ya que adopta la forma de una persona, y es así como descubre que se tiene que vestir, peinar y hacer todo loque hace un ser humano normal y corriente. Es curioso porque él mismo se pierde buscando a un amigo perdido. Poco a poco va cogiendo odio a la tierra, no termina de acostumbrarse, hay momentos en que quizá se acostumbre a algo, pero definitivamente está mucho mejor en su planeta. En cada página del libro, al terminar
una de sus aventuras durante el día, pone al final del párrafo: "Sin noticias de Gurb". Es un toque de gracia y piensas: seguramente esa frase no la volverá a decir al final porque habrá encontrado a su amigo. Pues no, es cierto que encuentra a Gurb, pero éste está realmente encantado con la tierra que decide quedarse en ella, y el ente enfurecido
decide regresar a su planeta natal y dejarlo allí dando por fallida la misión de traerlo de vuelta. Dos puntos de vista diferentes, por tanto, de nuestro planeta: ¿con cuál nos quedamos? Y así pues, termina el libro, como el título diciendo: Sin noticias de Gurb.
Alex